lunes, 23 de marzo de 2015

Cochinilla, y su poder para teñir

La cochinilla es la fuente natural del carmín, colorante rojo de gran demanda, es un insecto que se instala como parásito, e infecta las hojas de los nopales, (planta rústica y ramificada, con ramas extendidas o inclinadas. Cada segmento tiene apariencia carnosa, plana y generalmente oval); que en nuestros días se “cultiva” para obtener los tintes que usa la industria cárnica y cosmética.
Al color púrpura o escarlata se lo asociaba con la realeza, y el descubrimiento de ese tinte se atribuye a los fenicios, que lo obtenían de caracoles primeramente y luego de unos insectos.
Con este color se teñían las túnicas de los legionarios romanos y luego los de la realeza europea.
En 1523 España tiene noticias que en México se producía la “grana”  la que llaman nocheztli, que quiere decir “sangre de tunas”, desde el siglo X aproximadamente. El primer envío al Viejo Continente se realiza en 1526. Como se le decía el “preciado fruto”, al referirse a la grana determinó que la mayoría de los europeos pensaran que se trataba de una semilla. Pero España fomentó esta confusión para tener  en secreto el origen y mantener el monopolio del insecto. Y tampoco estaba permitida la exportación de insectos vivos. Cuando los pueblos mexicanos intentaron la emancipación y temiendo perder el “Negocio”, la grana cultivada se llevó a Cádiz y luego a las Islas Canarias.
En 1820 llegan desde México a Cádiz 8 nopales cargados de insectos de cochinilla y como se consiguió una buena cosecha, se buscaron otros sitios donde proliferaran las plantas; el mejor lugar fue Canarias y desde entonces su economía  se basa en la grana.
Actualmente junto a México (como productor) se encuentra Perú , donde la cochinilla se utiliza desde la era preincaica para teñir pelo de alpaca y algodón como uno de los mayores productores de cochinilla a nivel mundial, que produce el 80% de dicha producción durante todo el año, las tunas silvestres producen entre 40 y 60 kg de cochinilla seca por hectárea y por año; mientras que la cultivada técnicamente produce entre 150 y 200kg.
La tuna amarilla es la que mejor tolera el parásito, que se implanta en una bolsita donde se colocan unas 10 hembras llenas de huevos, de estas bolsitas se colocan unas 8 a 10 por planta y pasada una semana se retiran las bolsitas. A los tres meses se cosecha a mano con una escobilla, penca por penca. Esto nos da cuatro cosechas por año.
El tinte depende mucho de la muerte y secado del insecto. La muerte se produce con vapor de agua hirviente, y luego se procede a secar a elevada temperatura. Anteriormente se secaban al sol pero se ha comprobado que este procedimiento disminuye el poder tintóreo del producto final.

Es un producto muy estable. No se han detectado variaciones en su contenido de ácido cármico en productos almacenados durante 4 años. Su principal propiedad radica en su enorme poder colorante, que supera indiscutiblemente al de cualquier otro.

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